Sumergir por diez minutos en agua caliente con jabón líquido o bicarbonato de sodio, y si fuese necesario frote con un cepillo suave para remover la suciedad, enjuagar con agua tibia y finalmente secar cuidadosamente la pieza con un paño seco; en el momento de limpiarlas es recomendable no usar crema dental, así sus joyas se mantendrán en buen estado y sin deterioro físico. 

Es normal que la plata se oscurezca, porque reacciona a sustancias que puede haber en el ambiente, aunque también se debe al pH de cada persona; tomar algún medicamento que cambie el pH de su piel puede causar que la joyería de plata pierda brillo.

Si guarda sus joyas por mucho tiempo, puede que se oscurezcan, si son plata .925, puede limpiarla de la manera anteriormente descrita y volverán a quedar como nuevas.

Se recomienda colocar los accesorios de plata en un lugar ventilado para evitar la oxidación o ex ponerlas a luz artificial o natural por largos periodos de tiempo, no exponga la prenda a agentes corrosivos como: cloro, grasa, sudor, perfume, agentes alcalinos, ni a la salinidad por largos periodos de tiempo; no almacene directamente en la madera (cajones, closets o roperos), ésta a menudo contiene ácidos que pueden afectar la superficie de la  plata..

A pesar que los diamantes son considerados como el más fuerte de los materiales naturales del planeta aún son susceptibles a grietas, desgaste e incluso roturas. La suciedad, polvo, grasa y jabón espumoso pueden dejar una capa de suciedad, y cualquier fuerte impacto podría llegar a destruir la piedra. Prepare una solución tibia y suave mezclando jabón líquido o detergente para vajilla con agua tibia. No utilice detergentes con cloro.

• Remoje su diamante en la solución.
• Si es necesario, utilice un cepillo suave para limpiar pequeñas grietas. No utilice cepillos ásperos o de metal. Cepillos de dientes son una excelente opción.
• Enjuague el diamante en agua tibia.
• Utilice un paño suave, limpio y seco para secar su joya de diamantes (nunca utilice toallas de papel o trapos viejos ásperos).

No derramar jamás sobre el oro mercurio pues dejará blanca la joya.

El platino es un metal raro  y esta rareza aumenta su valor, y lo vuelve más valioso que el oro y la plata,  es extremadamente resistente, sin embargo, puede verse rayado o envejecido, pero nunca se astillará o desgastará; el platino no se deslustra, es uno de los pocos metales preciosos hipoalergénicos en el mercado y puede soportar la exposición a altas temperaturas, también es resistente a la corrosión, ya que el color a diferencia del oro blanco, no tiene que ser enchapado con capas adicionales de rodio.

Para recuperar el brillo original, remoje la joya de platino en una solución suave de agua jabonosa tibia. Si es necesario, utilice un cepillo de dientes o un cepillo de cejas, suavemente frote la joya hasta que el metal esté limpio, posteriormente secar con un paño seco y suave.

Es muy común, cuando las personas ven que su joya de oro blanco ha cambiado de color, ¡se asustan!, creen que, o el oro es malo, o no es oro, pero no hay que asustarse, lo que ha pasado es que el rodio se ha desgastado; es más frecuente este desgaste en anillos que en cualquier otra pieza de joyería ya que, obviamente están más expuestos a las causas del desgaste, inclusive por la sudoración de las manos.

Cualquier joya de oro blanco necesita de un acabado de rodio y con el uso tiende a perder su brillo; el baño de rodio, además de ser un conservante, dota de un brillo muy peculiar al oro blanco; lo recomendable cuando se tornan amarillentos es llevarlo donde el joyero para que los pulan, limpien y rodinen nuevamente y así devolverles la blancura original.

Las perlas pueden ser muy duraderas, pero son mucho más delicadas que cualquier otra piedra o metal: son más suaves y más vulnerables a las fracturas, fisuras y apocamiento; los aceites, lociones, maquillajes, polvo y sudor pueden apagar el brillo de una lustrosa perla, razón por la cual es  importante tratarlas con cuidado.

Nunca exponer las perlas al amoniaco, cloro, lacas, cosméticos, vinagre o detergente; aplicar todos los cosméticos antes de ponerse las joyas con perlas; después de usarlas se recomienda limpiarlas con un paño húmedo para quitar cualquier aceite o suciedad antes de guardarlas.

Si las perlas están extremadamente sucias se pueden limpiar con acetona,  el hilo de los collares se debe cambiar por lo menos una vez al año para ser anudado nuevamente y así evitar el roce de una contra la otra.